Antes de comenzar con explicaciones más detalladas acerca de las distintas vías del Yoga, es necesario, desde estas páginas, hacer llegar al lector una respuesta clara a esta pregunta básica.
Para ello nos ayudaremos de la propia palabra, su significado y su etimología.
Suele traducirse por unión haciendo referencia a la expectativa de los practicantes de encontrar el paraíso o la unión con Dios y, por tanto, la evolución en conciencia.
Pero la palabra nos indica algo más. Yoga viene del término sánscrito Yug que puede traducirse literalmente por yugo, elemento mediante el cual el animal es sometido al hombre.
Krishna |
El Yoga concibe la dimensión espiritual del hombre más allá de lo humano, concediéndole magnitud divina. Los textos, considerados sagrados, desde los que se extraen las Enseñanzas, señalan la necesidad de que el hombre se encomiende a la Divinidad, a Aquello que es más grande.
Al mismo tiempo, el Yoga, mediante el conocimiento de su filosofía, y muy especialmente mediante su práctica, nos va acercando sigilosamente, apenas sin darnos cuenta, humildemente por que es silencioso, al gran descubrimiento del Yo Real.
El Yo Real es la Presencia Divina que habita en cada uno de nosotros. Es a quién cantamos con nuestros mantrams. A quién nos encomendamos cuando invocamos al Maestro. Invocamos la Conciencia Suprema que, en el Yoga, es llamada Shiva. Esas son nuestras oraciones. ¡Pedimos que la conciencia despierte y nos ilumine con la sabiduría y la luz de mil soles!
Y recitamos
OM
NAMAH SHIVAYA
OM
SALUDAMOS AL SEÑOR SHIVA (LA CONCIENCIA SUPREMA)