La filosofía del Yoga conduce a una nueva manera de vivir. Nos lleva a cuestionarnos los hábitos adquiridos a lo largo de nuestra vida y no tan solo de manera individual sino que también nos hace revisar las costumbres familiares, sociales, culturales, etc.
La propia idiosincrasia del Yoga crea en quienes la practicamos unas nuevas inquietudes buscando más sentido a todo lo que hacemos. El Yoga inspira en nosotros un deseo legítimo de conocernos mejor, de aprovechar eficazmente todo nuestro potencial abriendo nuestra mente a nuevas posibilidades y renovados planteamientos.
De esta manera, la filosofía y la práctica de Yoga va gestando en nuestro interior un cambio suave y progresivo que felizmente nos va conduciendo a una mejor salud, un mayor bienestar que se traduce en una sensación y un sentimiento plenos.
Poco a poco va abriendo un camino delante de nuestros ojos asombrados ante lo que vamos descubriendo acerca de nosotros mismos, ante el potencial que empezamos a sentir, y esto cambia notablemente la manera en como nos percibimos. El Yoga nos va llevando por este nuevo camino lleno de posibilidades deseosas de ser conocidas y que van despertando la pequeña aún, pero poderosa, chispa divina que mora en nuestro interior.
El alma empieza a recobrar vida despertando también todos los aspectos de nuestro ser. Mejorando día a día, podemos sentir el brillo de una vitalidad más despierta que nos hace sentirnos infinitamente mejor.
El Yoga es salud, pero no tan solo del cuerpo, es salud para la mente, para el ánimo y para nuestra desconocida alma que espera ser tenida en cuenta recordándonos que somos seres de origen divino, seres con un maravilloso potencial que el Yoga, poco a poco, nos ayuda a recuperar.
Cocina práctica
Dentro del marco de la filosofía yóguica os proponemos una alimentación diferente. Se trata de una alternativa en comunión con nuestra verdadera naturaleza compasiva. Podemos ser valientes y embarcarnos en un sorprendente viaje hacia una nueva manera de alimentarnos.
Hasta ahora la ingesta de comida la veíamos necesaria para el cuerpo físico, pero el Yoga nos conduce hacia una integración coherente de todo nuestro ser, por lo que, tendremos en cuenta otros aspectos como nuestra mente, nuestras emociones y, por supuesto, nuestro espíritu.
Quizá nos hemos dejado llevar por las costumbres adquiridas sin cuestionarnos qué alimentación estamos llevando. Quizá nunca nos hemos preguntado qué opinamos verdaderamente de nuestra alimentación diaria. Quizá ahora es el momento de hacerlo.
Pensemos, solo por un momento, que las necesidades proteínicas de nuestros ancestros, australopitecus, homo habilis, homo erectus, quizá homo neardenthalensis y homo sapiens, no se corresponderían con las nuestras en la actualidad. Tampoco ellos disponían de la riqueza agraria que hoy tenemos. Pero lo más importante, no es la distribución o la composición química de nuestros alimentos, sino que tal y como en estos tiempos se ha comprobado, un perfecto estado anímico aumenta las defensas de todo nuestro organismo. El pensamiento positivo, la motivación de vida, los proyectos personales y unos hábitos saludables influyen favorablemente sobre la salud general de todo nuestro ser de manera determinante.
Nuestro consejo es que aunque os pueda entusiasmar la idea, es mejor comenzar con pequeños cambios en nuestra cocina diaria y dejar que estos cambios por sí mismos vayan produciendo otros o nos vayan dirigiendo hacia una mayor conciencia alimentaria. Intentaremos, también, que nuestra intuición, que deseamos despertar, nos vaya inspirando en todo el proceso de adaptación a estos posibles cambios. Siempre tendremos en cuenta los factores personales que nos influencian y determinan nuestras posibilidades, pero, en cualquier caso, que todo cuanto hagamos redunde en nuestro beneficio y en una mayor alegría en nuestra vida.
Os deseamos que así sea, y comenzamos con nuestras sugerencias culinarias, que en nuestro caso siempre serán veganas (1).
(1) Alimentación vegana: es la que no utiliza en ningún caso productos de procedencia animal, sea como consumo directo de su carne o productos derivados de la explotación del propio animal, como en el caso de los huevos, la leche y sus derivados.
Nosotros elegimos esta alimentación porque es la única que está en perfecta sintonía con la filosofía yóguica de ausencia de violencia para todos los seres sintientes, así como por la propia búsqueda de pureza y perfeccionamiento integral de todos nuestros aspectos, sabiendo que éstos son los vehículos de que dispone nuestra verdadera naturaleza espiritual y divina para manifestarse.
Por amor a nuestra Esencia Divina, por compasión hacia los animales, por la salud de nuestro organismo y sus células, para favorecer la integridad y coherencia de todos nuestros aspectos y para cultivar la pureza interior que deseamos ver reflejada en el mundo externo, intentaremos ayudaros proponiendo ideas fáciles y felices sabiendo que nuestro sustento favorecerá también la felicidad de los animales con los que compartimos nuestro planeta.
Os deseamos un feliz comienzo.